miércoles, 5 de junio de 2019

Unión, visibilidad e historia

Unión, Visibilidad e Historia

Por Humberto Sanabria Araque  


Me pareció impresionante lo que leía en ese momento. Era como cuando creí que mi mamá había aceptado todo pero terminó por mandarme una nota de voz decepcionada por haber montado una foto en Instagram con mi novio, con el que ya llevo año y medio en otro país. El tweet me pareció indignante, incluso estuve a punto de contestarle como todos los que le contestaron (algunos con respuestas que buscaban complacer al que busca ajusticiar por todos los medios).
Rezaba “Yo la verdad no celebro el orgullo gay porque no considero que llevo una vida gay. Soy como heterosexual que me dejo penetrar”…esto tomándome ciertas licencias para no evocar las palabras exactas, al igual que me guardo la identidad del chico, con el cual comparto gentilicio, para evitar generar más odio del que estaba recibiendo. Lo cierto es que me dio rabia, indignación, leer aquellas líneas y se me hizo imposible no recordar a Hannah Gatsby.
Nanette, un especial de comedia en Netflix, hecho por la comediante Hannah Gatsby. En el principio ella comenta sobre su leve aversión al ver a su comunidad, “su gente”, en la marcha del orgullo en Australia. Habla de que ellos no la representan, de que ella dista mucho de lo que veía en esas personas alegres y vestidas de colores y bebiendo y bailando y celebrando cuando ella es más de sentarse a ver tv con su gato.  Aunque el especial no es enteramente sobre eso, y aunque ella deja muy en claro que a pesar de ser distinta esa es su gente, a mí me quedó la enseñanza de que pertenecemos a una comunidad sin desearlo o decidirlo.
Las comunidades están formadas por personas que comparten un nexo. Eso es lo más básico: un nexo. Ya sea familiar, social, científico o cultural. Estamos unidos irremediablemente a los demás por lo que somos o dejamos de ser. El hecho de que queramos o no pertenecer a una comunidad no nos exenta de ser parte de ella, de vivir los beneficios que la unidad nos trae y de sufrir los embates a la comunidad en la que tomamos un lugar sin querer. Me tomo la potestad de decir que pagamos justos por pecadores, y pecadores por justos. 
Es por esto que me llena de indignación alguien que reniega de esto con la ignorancia de quien cree que el orgullo se celebra por ser gay en vez de ser una fecha que conmemora el inicio de una lucha vivida con sacrificio y sufrimiento, pero que consecuentemente nos ha brindado libertades y reconocimientos de derechos que solos, sin pertenecer a una comunidad que velara por ellos, nunca los habríamos de conseguir. Me indigna el rechazo a todas las personas que se encargaron de empujar esta revolución con muertes, con dolor, con el peligro de la exposición que representa la visibilidad que él tanto rechaza. Me indigna el irrespeto a la historia de personas que convirtieron sus vidas en puro trabajo para que nosotros, las generaciones por las que ellos trabajaron, pudiéramos vivir en un mundo mejor del que ellos encontraron.
Recuerdo que Hannah, en su especial, hila magistralmente dos hechos. El primero, el uso de la tensión y el alivio para generar un buen chiste. Habla sobre eso, como rompiendo la cuarta pared, adentrando al espectador a sus métodos y luego los lanza al segundo hecho: las violaciones que sufrió, detallando su experiencia frente a la gente que iba por un show de comedia y terminan llorando junto a ella, junto al sufrimiento que la acompaña tras esos traumas. Todos esperan que la tensión de su historia se libere con un punchline, una línea que alivie al espectador, un chiste que justifique todo. Pero ella finalmente toma el poder y confiesa que no va a liberar la tensión, que lo mejor para generar un cambio es no hacer el chiste, es denunciar, es dar tensión, es indignar, es dejar que otros liberen la tensión, que la conmoción los haga accionar.
Esa indignación fue la tensión que me lleva no a atacar con comentarios malsanos y retrecheros al chico que no se cree parte de la comunidad, sino a educarlo para que conozca qué es lo que lo hace parte de este colectivo que lleva tantos años entre dolor y lucha, qué es lo que le identifica como nuestro hermano de lucha sin que él pueda decidirlo. Que conozca a gente como Marsha P. Johnson, Harvey Milk, Josephine Baker. Ayudarlo, en vez de tomar el papel de detractores que han contrariado la lucha de estos personajes, – nuestra lucha – a entender que la visibilidad de lo que somos, ya sea gay, lesbiana, bisexual, transexual, drag queen, intersexual o pansexual, es lo que nos ha ayudado a defender nuestro derechos y a derrumbar la creencia de que si no se ve no existe. La unidad de todos como comunidad, la unidad de nuestra comunidad a la de todas las comunidades, significará el verdadero alivio para la tensión de este mundo. 
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domingo, 2 de junio de 2019

Junio Diverso




Junio Diverso: Derechos LGBT, espacios seguros y visibilidad.


Como pudieron haber notado, este es el mes del orgullo LGBTQIA+. Millones de personas, miembros de la comunidad, dentro y fuera del closet, tienen la oportunidad de ver a aquellos que logran acceder a espacios en distintos lugares y plataformas para alzar su voz, para ser reconocidos y escuchados. Para gritar por sus derechos y exigir igualdad al sistema que por siglos ha oprimido a la minoría. Dentro de esta enorme comunidad la diversidad llega a múltiples puntos de  intersección. Desde identidad de género hasta atracción sexual se entrelaza con privilegios de clases, color de piel, privilegios y demás características que se atribuye a las personas que viven en sociedad. De ahí nace la idea de Junio Diverso, de multiplicar ese espacio que escasamente se nos da y que la sociedad sólo recuerda que debe existir en este mes como parte de una propaganda política, pseudohumanista e inestable.

Cuando pensé, como miembro de la comunidad escasamente representado en un mar de espectros, que me gustaría que hubiera no solo un espacio para sentirme representado, sino para sentirme de hecho miembro de la comunidad, se me ocurrió que quizá en compañía de amigos y colaboradores pudiésemos crear dicho lugar a través de nuestras plataformas digitales, entrelazándolas para generar además un impacto en nuestros círculos cercanos a través de debates, expresiones artísticas o simplemente comentando nuestras realidades y experiencias.
Para nadie es un secreto que la lucha LGBT tiene años tratando de alcanzar espacios que reconocen, además de nuestras existencias, nuestros derechos inherentes como seres humanos, pero hoy día no basta con un señor, probablemente gay, cis y blanco; gritando cosas en algún canal de televisión, también necesitamos generar impacto, espacios seguros y uno que otro revuelo en nuestras trincheras. Si no nos ven, no existimos.

Lastimosamente no vivimos en una sociedad postdiscriminatoria. El sistema sigue permitiendo que miles de personas sean oprimidas en distintos aspectos de su vida. Aún existen países que permiten la pena capital como castigo a la homosexualidad. Nuestro propio país por un lado puede permitir los matrimonios de personas del mismo sexo pero niega sistemáticamente la homoparentalidad. Nuestros amigos pueden decir querernos pero siguen riéndose de chistes que invisibilizan nuestra experiencia y sin la posibilidad de expresar nuestras emociones y necesidades estos oximorones sociales no van a dejar de presentarse una y otra vez. Hoy día necesitamos hacer política a través de nuestras acciones y por eso este mes voy a estar compartiendo espacios con amigos y cualquier persona que quiera sumarse para lograr visibilizarnos aprovechando el auge de apoyo que conlleva este mes.

Para mí lo más importante es reconocer las experiencias individuales que vive cada uno de los colaboradores y demás miembros del colectivo, reconociendo la verdad de que cada vivencia es única aunque compartimos ciertas similitudes. Visibilizarnos es autorepresentarnos y expresarnos es representar a otros.
Resultado de imagen para lgbt
El grupo de colaboradores que decidió y aceptó unirse a este proyecto, por suerte, es bastante diverso. Nuestros colores de piel varían de uno al otro, nuestras identidades de género difieren, nuestras creencias fluctúan y nuestras identidades son únicas, por lo que espero que esta idea fomente entre nosotros el espíritu de la lucha por la igualdad entre personas que comparten el deseo de algún día sentirse a gusto, sin miedo y con derechos.

De parte de ustedes, comunidad, espero su recepción. Que se sumen a nuestros debates, y que si aún no gozan de la capacidad, casi privilegio, de estar fuera del closet, que créanme, varios de nosotros aún tampoco la tiene, puedan sentirse representados y alentados para en algún momento oportuno alzar la voz por los derechos de todos.
Feliz mes del orgullo,
Y bienvenidos a Junio Diverso.

miércoles, 10 de abril de 2019

Vamo'a deconstruirnos


Iniciemos por lo básico ¿qué es deconstruir? Según el portal definición.de «La deconstrucción se lleva a cabo evidenciando las ambigüedades, las fallas, las debilidades y las contradicciones de una teoría o de un discurso. Lo deconstruido, en este marco, queda desmontado o deshecho». En el sentido filosófico, deconstruir lleva varios procesos argumentativos, analíticos y de mucho pensamiento, y en efecto, en el sentido del que les quiero hablar, el humanista, también, pero lo vamos a llevar a un campo específico y vamos a hacerlo corto y sencillo. Ahora, ¿qué es lo que quiero que deconstruyamos? Fácil: el género.
Hipótesis: el género no existe.
Nuestra sociedad, durante millones de años, o al menos, muchos milenios, nos ha impuesto una estructura específica, un rol asignado según nuestra genitalia: el género. Según una rápida búqueda en Wikipedia se consigue que género es «un término técnico específico en ciencias sociales que alude al «conjunto de características diferenciadas que cada sociedad asigna a hombres y mujeres»». Se es hombre o se es mujer. Hembra o macho. Niño o niña. Esto en el sentido biológico de la palabra no está errado, se nace con genitales femeninos o con genitales masculinos, sin embargo, el conflicto se origina cuando a partir de esta parcialidad biológica se atribuyen, entonces, ciertos roles y actitudes en base a un constructo social y al cual, por canon socioestructurado, debemos adecuarnos y actuar en consecuencia.
Si nací con pene, lo socialmente correcto es que me guste el azul o el verde, la mecánica y mirarle los senos a cuanta mujer esté en frente de mí. Si nací con vagina, bueno, digamos que no corro con tanta suerte de tener una vida tan sencilla, pero ¿quién inventó todas estas reglas? ¿por qué debemos acatarlas? ¿qué es ser hombre y qué es ser mujer? Todas estas dudas son las que nos van a ayudar en este proceso de deconstrucción en el que quiero que se embarquen hoy conmigo.
No soy hombre, pero no niego mi privilegio.
Si no lo saben, yo particularmente, me he apartado de este canon social. No creo en el género como constructo. No me identifico con las normas sociales que establecen que soy un hombre y que deben gustarme o no ciertas cosas. Esto no me hace indiferente a mi privilegio de haber nacido con pene y, que yo me acepte o identifique o no como hombre en sociedad, no quita que la sociedad sí me percibe como tal y me brinda los ya conocidos privilegios masculinos, ese asunto dejémoslo de lado por un segundo porque no es el que nos atañe. Una realidad no invisibiliza otra. Lo que quiero plantear ahora es que, el género, es en realidad una farsa social que sirve para generar una estructura de poder y por ende, como cualquier idea, es intangible. El género es intangible. Inmaterial. Incoloro. Irreal.
El género y el no binarismo.
El género como una construcción social es un conjunto complejo de determinaciones y características económicas, sociales, legales, políticas, psicológicas y culturales que constituyen lo que en cada período, histórico observa como femenino y masculino. Configura un tipo de relaciones de poder que determina las oportunidades de desarrollo de las personas. Es construido sobre la diferencia sexual, sobre los cuerpos y está sujeto a cambio y transformación: puede ser alterado.
Al entender entonces que el género solo es un conjunto de normas sociales que nos segregan y otorgan ciertos privilegios o imposiciones, que no existe realmente y que es fácil de moldear, podemos empezar a apartarnos de la idea de que conformamos o no cierto género, o percibirnos en cierto género pero no sentir la necesidad de cumplir con las expectativas que se generan por pertenecer a uno o al otro.
Muchos pueden entender esta noción y seguir siendo cisgénero. Muchos pueden entender esta noción y ser transgénero. Deconstruir el género no implica que debamos dejar de percibirnos dentro del espectro binario que la sociedad nos ha impuesto canónicamente, sin embargo, cuando esto sí sucede, y dejamos de percibirnos dentro de este binarismo social, llegamos al área gris del nobinarismo. Una identidad tan válida como cualquier otra.
Los nobinarios, y todo el paraguas que abarca como el gender nonconforming, gender queer, queer, demibinarismo, entre otros, es aquella identidad que no se identifica ni con un género ni con otro, o quizá, con ambos, dependiendo de cómo lo vean.
En lo personal, me considero un demiboy o demichico. Una persona que se puede identificar como hombre o reconocerse como hombre en sociedad pero que no siente particular apego al género masculino y que cuya identidad fluctúa hacia el no binarismo. Mi meta es seguir deconstruyéndome hasta el nobinarismo completo. Esto puede pasar o no, y es cuestión de identidad, pero mis esfuerzos por seguir deconstruyendo al género no acabarán hasta no lograrlo en una totalidad.
Concluyendo
Llegar  a este cruce en mi camino no ha sido fácil. Como todos, crecí siendo vestido con ciertos colores en mi infancia. Jugué con ciertos juguetes hasta mi adolescencia. Hablé y creí de cierta forma hasta mi adultez y fue durante un proceso de elucubraciones que empecé a comprenderme como un individuo único libre de etiqueta de género. Aunque aún se me haga fácil percibirme como “él”, no acojo solamente este pronombre como propio. En ciertos días, mi feminidad holística está más a flor de piel y me percibo diferente, estos pronombre son vacíos a mis oídos cuando los uso en referencia a mí. A veces no me percibo de ninguna forma y el “elle” ronda mi cabeza. A esto ha llevado mi proceso de deconstruir el género. A destruirlo. Como les digo, sé que mi percepción del mismo como inexistente no debilitará solo la estructura de poder que hay. No borrará mi privilegio. Pero si empezamos a deconstruir el género creo que el camino a derrocar esta estructura social se hará más sencillo.

jueves, 19 de abril de 2018

LE VIOLARON


LE VIOLARON:

La violación como recurso de embellecimiento del relato.


 Rape Of The Daughters Of Leucippus
de Peter Paul Rubens
Tengo esta idea que me anda rondando la cabeza desde hace unas semanas y de la que quería hablar pero no sabía cómo, porque carezco de fuentes suficientes sobre el tema, aún cuando llevo unos días leyendo e investigando sobre él; ni dónde, porque mi canal está muerto y este blog no tiene mucha visivilización que digamos, pero como ahora tengo el reto de escribir al menos 20 minutos diarios sobre lo que sea, me he animado a por fin abordar el tema desde mi ignorancia e indignación, esperando que al menos se pueda abrir un debate que nos enriquezca.
El asunto está, como se deduce del título, en el uso de la violación en la literatura como recurso de embellecimiento del relato, que es necesario destacar: no hay prácticamente nada de información en español, salvo un artículo, bastante decente, al menos, sobre el uso del recurso de la violación femenina durante distintas época del desarrollo de la narrativa, por lo que mis fuentes se basan en los resultados que me arrojó google con la búsqueda de “literary rape”.
Este tema nace en mi cabeza debido a que, entre la literatura que he estado leyendo últimamente, me han saltado situaciones de abuso de poder y sexual con los personajes, aún más curiosamente, personajes masculinos, lo cual me genera un gran rechazo a los libros que abordan estos tópicos por una simple razón: se está usando el acto de la violación como un desarrollador más del plot de la novela, no como crítica ni como reflejo social de la cultura de la violación que está presente en todas las sociedades del mundo, sino como mero sazonador del relato, en que los autores creyeron que la violación era, en su cabeza, un buen generador de impacto, un aderezo controversial a la trama, algo impactante que manifestaría en el lector ese factor de sorpresa y desencadenante de emociones, de forma totalmente irresponsable y, con todo respeto, ridícula.

Censura, reserva y libertad de creación:

Portada de Pie de Bruja de Carolina Andujar.
Libro donde se usa la violación como recurso
sazonador de la historia.
Sé que es posible que mientras me leen, piensen que estoy en contra del retrato de la violación como suceso dentro de la narración. Y no, ese no es el caso. No es mi idea que se censuren los libros, que se dejen de leer los ya publicados que abordan estos sucesos ni que dejen de escribirse. Al contrario, es positivo que todos aquellos que lean estas narraciones lo hagan con ojo crítico. Mi problema radica en el uso que se le da al recurso.
A ver, no es lo mismo un libro que narra la realidad de una trabajadora sexual, la cual haya sido violada y, partiendo de ahí, se desarrolle una crítica social que genere un impacto al lector, a un libro donde una chica tiene un novio, va un día caminando por la calle y es violada por un delincuente, y luego eso queda relegado al olvido en la trama para seguir desarrollando el romance de la pareja principal. El primero es retrato. Es realidad. Que no busque romantizarse la situación de la violación es fundamental. El segundo, es un absurdo que se hace para potenciar la historia con un elemento dramático y que no tiene ningún aporte salvo las lágrimas de un personaje que quedó traumado para siempre y no sirvió a ningún propósito. Peor cuando sucede a personajes secundarios a los que ni si quiera les veremos el desarrollo de personalidad post trauma.
A lo que quiero llegar: no quiero que se erradique el tema de la violación en la literatura de ficción, mucho menos en la de no ficción, sino que cuando ésta suceda, sea relevante. Sea necesaria. Se desarrollen sus consecuencias y se tenga responsabilidad social. ¿Es mucho pedir?

Violación masculina

Tabú.
Hay una realidad oculta en la sociedad: los hombres también sufren violaciones. Usualmente a mano (o penes) de otros hombres, y en algunos casos, mucho menores pero no menos reales, de mujeres. Estas violaciones pueden ocurrir de distintas formas, no necesariamente con la penetración anal y oral, sino con la coerción de la víctima a realizar el acto. ¿La relación con la violación femenina? difícil de determinar. Al igual que las mujeres, los hombres no denuncian por temor a represalias sociales, claro que muy diferentes, sin embargo, es natural que por las condiciones opresivas que propicia el sistema patriarcal las mujeres sean las principales víctimas de violación, por ende, se refleja más esta situación en la literatura, y lo que es peor, cuando una mujer es violada, termina romantizándose la violación, más si ocurre dentro de una relación sentimental donde el hombre claramente tiene posición de poder, pero, eso no hace menos alarmante el uso sin sentido del recurso de la violación masculina en la literatura.
El asunto está en que: si es terrible que se use el recurso como sazonador de la historia cuando el abuso es contra la mujer, también lo es cuando es contra un hombre.

¿Por qué no usar el recurso de la violación como impulsor de la trama?

En la mitología griega es bastante usual la violación
y la venganza.
No es que no se pueda usar como impulsor de la trama, puede impulsarla. Lo que no es correcto es hacerlo sin responsabilidad, cuando el abuso no lleva a nada dentro de la historia más que una situación incómoda para el lector, a veces, hasta excitante (hay personas de personas, ustedes sabrán quienes son). 
Ya no vivimos en la época de las comedias (como género). No es la edad media. Ha tomado siglos entender a la violación como un acto delictivo en un mundo civilizado para seguir utilizando el recurso de la misma forma, y digo civilizado (ugh, odio el uso de esa palabra por el transfondo colonial que conlleva, pero creo que ilustra mi punto, déjenme saber si es un error en los comentarios) porque aún existen países (occidentales, dejen de ver a oriente como si fueran los únicos con problemas) que permiten la violación, por ejemplo, cuando ocurre intramatrimonio, o sistemas enteros que perdonan, excusan y facilitan las violaciones en cualquier aspecto.

Mi conclusión:

Autores, basta. Si la violación no es necesaria, hay miles de formas de retratar las relaciones tóxicas, de poder, la villanía o el amor (te estoy viendo, autora de 50 sombras de grey). Aprendan a usar sus recursos dentro de la historia para que tengan un real sentido y aporte a la estructura narrativa.
Lectores: seamos críticos. Obliguemos a los autores a ser conscientes. Dejemos de romantizar estos aspectos negativos de la sociedad. Dejemos de creer que son válidos en una época contempoánea. Analicemos el trasfondo de las novelas clásicas, historias y, muy importante, dejemos de perpetuar la cultura de la violación.


domingo, 24 de diciembre de 2017

¡SOY PADRE!, kind of.. #AdoptaUnaAutora

Jelou, lectores. Ya sé, he estado super perdido y desconectado. No tienen idea de lo ocupado y estresado que he estado estos meses. Algunas noticias rápidas: ya me gradué, estuve con mi mejor amiga (K) un mes y medio, estuve organizando dos mil cosas y además, lancé unos premios en mi canal de youtube que pueden ver dando click justo aquí.
Pues bien, entre todos esos eventos pasó algo que me tiene super emocionado y es que, si no conocen el proyecto “Adopta una autora”, es hora de que se pongan al día, pues adopté a una.
Voy a tratar de hacer un resumen conciso pero sustancioso en cuanto al proyecto, espero que no se me salte nada, aunque la verdad es que esta entrada era un vídeo que ya está grabado y editado y casi estoy copiando lo que dije ahí, ya que por la falta perpetua de internet en mi casa (y ahora en casa a donde iba para subir las cosas) ya no podrá ver la luz, o al menos no a tiempo y esta información la tengo que dar entre noviembre y diciembre, y creo que he dicho lo necesario.

ADOPTA UNA AUTORA


El proyecto “adopta una autora” consiste en seleccionar una autora, sin importar su edad, nacionalidad, género literario en que escriba, o condiciones varias; para hablar de ella periódicamente (al menos una vez cada dos meses) y dar a conocer sobre ella y sobre su obra.
La iniciativa nace por la invisibilidad que tienen las mujeres en el mundo literario y editorial. No es secreto para nadie que muchas incluso recurren a la publicación bajo seudónimos masculinos porque así es este mundo, machista y patriarcal, y se cree que las mujeres no tienen la pluma para escribir cualquier cosa que no sea romance chic flick. Por lo que con este proyecto buscamos dar a conocer más el trabajo intelectual de aquellas que pasan desapercibidas por no tener una enorme fanbase o algo de suerte.
A través de este link pueden acceder a la página del proyecto y mediante éste otro a la cuenta de tuiter oficial. Si quieren ser parte de él recuerden leer atentamente las condiciones a las cual se comprometen a cumplir (están super sencillas, nada de sacrificios humanos ni rituales de iniciación). Anímense a pasarse.

¿Cómo conocí el proyecto?

La verdad es que varias amigas ya hace tiempo han subido sus vídeos de presentación y hablando sobre las autoras que adoptaron, en especial recuerdo el de mi amiga Raquel del canal Hitzuji Books en el que anunciaba que había adoptado a Tamora Pierce. Desde ese momento en que vi su vídeo quise formar parte del proyecto pero no me animaba por dos razones: no sabía si como hombre podía adoptar y, más importante, no sabía con qué autora comprometerme. Hace ya un mes y tantito me llegó la luz, además de haber comprobado que sí podía adoptar teniendo cromosomas XY en mi código genético.

¿A quién adopté?

Un día bajando en twitter vi el anuncio en la cuenta oficial de adopta una autora que Mariana Palova estaba disponible. *ALELUYA*. Mariana Palova: la creadora del mundo de la Nación de las Bestias, del cual tengo reseña del primer libro en goodreads y les dejo el link para que se pasen a leerla, estaba disponible y yo ahí tragando moscas. Sobra decir que corrí a llenar el formulario de solicitud para que me adjudicaran a una de mis nuevas escritoras favoritas.
Un día, de paseo con mi mejor amiga y bien apartado de la civilización me llegó el correo de notificación en que ya podía considerarme parte de los cientos de adoptantes y que debía subir mi primer entrada o vídeo entre noviembre y diciembre (y razón por la que no puedo esperar más para poder publicar el vídeo). Créanme que aún me encuentro saltando en un pie por la noticia.

MI AUTORA

Como les digo, la autora adoptada es Mariana Palova, dejo acceso a sus perfiles en twitter, goodread, y links a la cuenta oficial de La nación de las Bestias en Facebook y página web de la misma saga.
Mariana es mexicana, de 27 años, nació en Jalisco y se graduó de diseñadora gráfica. Actualmente ha publicado La nación de las Bestias: El señor del Sabbath y capítulos de muestra de la segunda entrega de la serie “Leyenda de hueso y plomo”, también se encuentra trabajando en un proyecto titulado “The wildest of us” del cual no hay mucha información en la red, y además es artista visual: y vaya que sus obras te dejan sin aliento. Son estupendas.
Una de mis motivaciones a elegir a Mariana es que he tenido interacción con ella a través de sus redes sociales y no solo es una excelente autora y artista, sino que es una estupenda persona.
Activista (o al menos yo la considero así) LGBT, feminista, con increíble conciencia social y una calidad humana que te llena de esperanza en la humanidad. Esas son unas cuantas palabras con las que puedo describirla.
En fin, Mariana es la hostia, como dirían los españoles.

Pero bueno, ya llevo casi 900 palabras así que creo que es suficiente para un post informativo. Pronto (muy pronto) estaré trayendo más información para esta sección, por ahí tengo unas cuantas entrevistas para echarles un ojo y también estaré contactando a Mariana para que comparta información sobre ella y su mundo literario conmigo. Mientras tanto me voy a despedir. Espero que se pasen por la página del proyecto y revisen en la sección de autoras por adoptar a ver si hay alguien que les motive. Espero entonces que estén teniendo lindas lecturas y felices fiestas. Hasta la próxima entrada. 

Link de Amazon para adquirir "El señor del Sabbath": https://www.amazon.es/Nación-las-Bestias-Señor-Sabbath-ebook/dp/B01MSV69Y9

jueves, 5 de octubre de 2017

Mejor kyc.

Hace un mes aproximadamente empecé una entrada sobre la libertad de expresión y la presunta y tan atacada "sensibilidad millennial". Estuve algunos días leyendo artículos de opinión y ensayos sobre el tema, analizando las aseveraciones de críticos provenientes de la generación X como Bret Easton Ellis o Simon Sinek. La entrada que tenía en mente era bastante específica y, dependiendo de cómo se analice, limitada. Hoy día, justo ahora, quiero mandar todo el traste y darme rienda suelta para hablar sobre la libertad de expresión en general, así que he decidido olvidarme parcialmente de aquella idea inicial para hablar en aspecto general y poder abarcar temas que me vienen rondando la cabeza pero que se escapaban de "la sensibilidad millennial", como tema central.
Dentro del humanismo naturalmente existen distintas ramas: activismo lgbt, de refugiados, de mujeres, sobre libertad de religión, etc, etc, etc. Pero en todas y cada una de ellas existen opositores. Son claros retratos de ese discurso arcaico que se opone al desafío del status quo y prefieren perpetuar el sistema social que conocen, como tanto lo han intentado las generaciones pasadas. Lo que me hace ruido es la proclamación del derecho a la libertad de expresión, ¿debemos aguantarnos en plan tolerante? ¿o simplemente gritarle en la cara ¡AVE MARÍA, KYC! a todos aquellos que creen en el sistema cuadrado que ha venido imperando en las sociedades?

A los agresores les encanta el derecho de libertad de expresión.

Quizá sea una generalización demasiado amplia, reformularé: a los agresores y violentos les encanta enunciar el derecho de libertad de expresión cuando se señala su violencia, así que lo utilizan como escudo SÓLO cuando les conviene. 
¿Se han fijado en esos repetidísimos insultos que se manifiestan a cada rato en las redes sociales cuando los machos atacan a las feministas y luego sueltan joyas tipo: "ah f*minazi. Tú sí puedes decir lo que quieras y yo no? Se llama libertad de expresión. Mejor anda a fregar/limpiar/cocinar"? o los clásicos del frente por la familia "Nosotros nos oponemos a la ideología de género. No escuchen a los gays, su estilo de vida demoníaco quiere dañar a la familia. Nosotros sólo decimos la verdad". 
Los ejemplos son muchos y podría mencionar cientos y cientos más, pero creo que ya entendieron. El hecho está en que muchos de los que alegan o invocan su inalienable y legítimo derecho a la libertad de expresión no tienen idea de qué consta el mismo, como dijo Fa en su charla ted, "les voy a romper la burbuja"

EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN NO PROTEGE EL DISCURSO DE ODIO. 

Ya sé, shocking.
Aclaremos algo: ¿qué es el discurso de odio? Según la organización “United against racism” en su archivo: Comprender y luchar contra Discurso del Odio, se establece que:

El discurso del odio pretende degradar, intimidar, promover prejuicios o incitar a la violencia contra individuos por motivos de su pertenencia a una raza, género, edad, colectivo étnico, nacionalidad, religión, orientación sexual, identidad de género, discapacidad, lengua, opiniones políticas o morales, estatus socioeconómico, ocupación o apariencia (como el peso, el color de pelo), capacidad mental y cualquier otra elemento de consideración. El concepto se refiere al discurso difundido de manera oral, escrita, en soporte visual en los medios de comunicación, o internet, u otros medios de difusión social.
Un minuto de silencio por todos aquellos que han muerto atragantados con su saliva por creer que todas sus tonterías estaban amparadas bajo la libertad de expresión.
El asunto es ese: no, amigo violento de twitter con 280 caracteres que te plantas a denigrar a cualquier minoría porque el reclamo de sus derechos afecta tu privilegio, estás en la capacidad de desperdiciar palabras en internet a tu gusto, pero cuando te señalen por opresor no puedes escudarte en decir que estás ejerciendo tu derecho a la libertad de expresión.
Este último mes mi cuenta de twitter (@librosqd) ha estado bastante movida. Me ha tocado discutir con tipos que desacreditan al feminismo con los argumentos más ridículos e invisivilizadores de la vida, mujeres que le hacen el favor al patriarcado y hasta el privilegio de un autor español y el ego reflejado en sus fans que me escriben para preguntarme por qué "ataco", cuando solo señalo un privilegio. Constantemente veo amigas y amigos que expresan su inconformidad con el sistema en redes, o marchando, con sus familiares o hablando con desconocidos. Luego de que los insultan y atacan se escudan invocando la libertad de expresión y el asunto queda sanjado de muy mala manera con frases como "pues es mi opinión".

Mito: Bueno, es que es mi opinión. Debes respetarla.

NOPE, no realmente. ¡Otra burbuja rota!
En el mundo del humanismo existe un consenso: tienes derecho a decir lo que desees, pero no debe respetarse tu opinión, sólo el hecho de que la tengas, pero ella, per sé, se puede debatir, aunque eso le pueda parecer insoportable o irrespetuoso a los conformistas sociales.
Les pongo un ejemplo sobre como funciona el respeto a la persona, el debate a la opinión y la libertad de expresión con un tema super controvertido: El aborto.
Es necesario que los estados garanticen un aborto legal, seguro, libre y gratuito. Si no estás de acuerdo, es tu opinión. Y tienes derecho a tenerla, nadie te puede obligar a cambiarla. Sin embargo, se te pueden explicar las razones por las que es necesario la despenalización del aborto con respeto, y lo más recomendable: con hechos, eso es debatirla. En el momento en que transformas tu "expresión" sobre tu desacuerdo con el aborto, un simple "yo no estoy de acuerdo con el aborto", en discurso de odio y la utilizas para estigmatizar a mujeres que lo han practicado es cuando surge un problema, y estamos en todo el deber de hacértelo saber. Por eso, no. No debemos respetar tu opinión, sino tu derecho a expresarla. 
En la era del internet los millennials manejamos bien ese concepto de irrespeto o debate a la opinión, sin embargo a muchos les hace ruido. Hablemos sobre ello.

La sensibilidad de los millennials (y de las personas en general)

Bret Easton Ellis
Retomando un poco la entrada original que me plantee hacer hace un mes, toquemos el tema de la sensibilidad millennial, un tema recurrente en internet. Nuestros críticos, la generación X, asegura que los millennials somos personas sensibles, que queremos todo fácil y que nos quejamos por todo. Estas quejas siempre salen en contextos donde los más jóvenes (y ahora incluimos a los centennials) exigen el respeto de cierto derecho, luchan contra un sistema de opresión social o desafían el status quo a través de innovaciones que suelen ir de la mano con la tecnología. 
Les incomodamos, sí. Pero ¡Cuidado! otra burbuja está por romperse: no estamos dispuestos a perpetuar unos sistemas arcaicos que no satisfacen nuestras necesidades esenciales ni permiten nuestro desarrollo humano por comodidad de los conformistas sociales, y de hecho: no estamos obligados a hacerlo tampoco.
A través de las redes sociales es más visible esta inconformidad a los sistemas opresores, algo que en décadas pasadas no se notaba, por censura o falta de difusión efectiva, pero que sí existía. Y nos quejamos, sí, pero es porque hemos desarrollado un sentido social y de preocupación global al notar que la sociedad es un factor limitante a causa de los constructos que se formaron en años previos.
Tyler Clementi, quien se suicidó
a causa de cyber-bullting
En cuanto al asunto de la "sensibilidad". Por ejemplo, Easton Ellis se basa, entre varias cosas, en el suicidio de Tyler Clementi, que tomó la fatal decisión luego de haber sufrido cyber-bullying por ser gay, para determinar la excesiva sensibilidad de los millennials. Además “nos quejamos mucho” y al parecer nos ofende todo. 
¿Por qué nos quejamos tanto de estos sistemas han regido el mundo? nosotros sólo queremos venir y atentar contra ese mundo seguro quejándonos en las redes sociales porque “así son los millennials” que no pueden vivir lejos de un teléfono inteligente (que no es que no podamos, es que no queremos).
Resulta que Easton Ellis quizá no se detuvo a pensar la repercusión social del cyber bullying, a fin de cuentas ¿qué sabe él de esa materia si creció en un mundo donde la tecnología no tenía aún avances como el internet? Tampoco toma en consideración el impacto que puede generar en la vida de Tyler Clementi la revelación de que era homosexual, porque claro él es gay y si el no necesitó suicidarse ¿por qué lo harían otros?
Sí. Nos quejamos. La magia de las redes sociales hoy día nos ayuda a potenciar nuestras voces, y eso quizá es lo que les molesta a los de la generación x. Somos ruidosos y nos oponemos a sus sistema de reglas que ya no se adecuan a nuestras exigencias de vida. ¿Por qué conformarnos a vivir en un mundo cuadrado, beneficioso a los privilegiados y reprimiendo nuestras emociones? Además, ¿qué es lo que tanto les molesta a los de la generación x en cuanto a nuestra sensibilidad? Creo que tengo la respuesta a esa pregunta aunque quizá generalizo: los millenials nos oponemos al discurso de odio que tan habitual era en otras generaciones y no queremos perpetuar estereotipos, reglas y ofensas cuando sabemos que podemos cambiarlas y debemos luchar por ello. No es que seamos sensibles, es que ahora somos conscientes y si no luchamos contra ese discurso, seremos cómplices. Sí, todo nos ofende, pero ya no nos quedamos callados, y lo mejor de todo: esa enfermedad de la sensibilidad millennial es contagiosa, porque cada vez veo a más personas de generaciones pasadas usando esa voz que en otro contexto fue silenciada. 

En definitiva

No tienes que aguantarte el discurso de odio

No importa en qué aspecto. El discurso de odio no debe ser tolerado en ninguna forma. ¿Lo viste en twitter? denúncialo. ¿Lo dijo tu amigo de la escuela? explícale su error. Nadie tiene que aguantarse la discriminación u opresión de nadie, y como deber moral, tampoco debemos permitir la perpetuación de un discurso de odio aunque éste no nos afecte directamente, pero eso sí, optemos la vía respetuosa y si de plano ya no vale la pena porque los violentos van a violentar, ignora o bloquea. La seguridad también es importante al momento de luchar por algo que no nos parece, aunque a veces solo provoque sacar una navaja.
¿Una recomendación? guarda siempre memes que puedan servirte para casos extremos. Pero ya sabes, que la libertad de expresión, como todo derecho: empieza con uno y acaba donde empieza el de otro. No importa si nos llaman sensibles quejumbrosos, mejor ser sensibles o empáticos que opresores o perpetuadores del sistema arcaico. La violencia es denunciable y las opiniones debatibles. 

viernes, 29 de septiembre de 2017

The Normal Heart y la crisis del VIH/SIDA.

Recuento rápido


"The normal heart" es una película basada en una obra de teatro semibiográfica del mismo nombre que retrata la historia de Ned Weeks, un activista gay bastante público, y la relación con su grupo de amigos, su pareja y la doctora Emma Brookner. En aspecto amplio el filme gira entorno a la crisis del VIH que existió en Estados Unidos, principalmente en Nueva York, a inicio de los 80s y el activismo que surgió a raíz de la misma por parte de la comunidad gay para la concientización de la misma. Sin embargo, también podemos apreciar las relaciones personales del protagonista, el funcionamiento de la comunidad gay como actor político, cómo y por qué la sexualidad les representa tanto.
Con grandes actuaciones de reconocidísimos actores como Mark Ruffalo, Matt Bomer, Julia Roberts, y hasta Jim Parsons (que en mi opinión fue un desacierto, lo siento. Era Sheldon Cooper), se observa con el desarrollo del filme el entendimiento del brote del VIH, el nacimiento de una organización que busca ayudar a los homosexuales infectados por este nuevo "cancer gay" que la Doctora Brookner (Julia Roberts) ha estado estudiando de manera independiente y de cómo el gobierno parece ignorar el brote epidémico del virus mientras la sociedad estigmatizaba a la comunidad completa por considerar el virus una afección exclusiva de los homosexuales. Es una película con mucho activismo e historia.
Con mucha reticencia éstos activistas que por años han abogado por la liberación sexual de los homosexuales chocan contra una pared: un virus los está matando y aparentemente se contagia a través del sexo ¿qué pueden hacer para detener ésto? 

Opinión sobre la película

Esta entrada no es para hablar en sí de la película, una producción de HBO, por cierto, y dirigida por el conocido director de exitosas series como Glee o AHS, Ryan Murphy. 
Esta entrada es realmente para hablar de lo que trata el filme, aunque sí les puedo decir que me ha gustado bastante. Tiene sus fallos, sí, especialmente con el hilo argumental al cuál no le he visto mucho sentido, pero recoge grandes escenas, buenísimas actuaciones y una historia que a pesar de que no expresa más de lo que ya conocemos en cuanto al brote, sí nos muestra una parte sobre la organización social y política dentro de la comunidad. Además está muy bien realizada.

La historia detrás de la historia

Larry Kramer, escritor, activista gay y
fundador de GMHC.
Es muy común ignorar la historia, principalmente cuando no nos vemos afectados directamente por ella. Si no se forma parte de una comunidad como la LGBT, que se ha visto realmente estigmatizada por el estereotipo de que los gays son "maricas promiscuas, femeninos y seguro morirán de sida" es probable que no se nos haya pasado por la mente buscar el origen de esos estereotipos, incluso es probable que hayamos pecado de utilizarlos. Con The Normal Heart y un guión basado en la experiencia y vida del guionista, Larry Kramer, su activismo y fundación de Gay Men's Health Crisis, podemos entender el surgimiento de esa automática relación que hacemos con la homosexualidad y el VIH.

2017 vs 1981.

Actualmente conocemos del sida y el virus que lo causa, sabemos cómo opera el virus sobre el cuerpo, que no es una enfermedad exclusiva de los hombres gays, incluso actualmente es posible mantener una relación estable con encuentros sexuales y no correr riesgo a contagiarse con el virus, pero los ochentas son otra historia. A inicio de los ochenta no se tenía idea de qué era el VIH, incluso al sida se le conoció como GRID (Gay-Related Immune Deficiency) debido a la rápida propagación del virus por la falta de uso de condón (para qué usarlo si había cero riesgo de quedar embarazado). El desconocimiento hizo que el pánico brotara tanto como el mismísimo virus, expandiéndose tanto dentro como fuera de la comunidad gay.
Para cuando Larry Kramer fundó Gay Men's Health Care había perdido una gran cantidad de amigos a causa del sida. En internet, series, documentales y otras fuentes se pueden recoger testimonios de personas que vivieron esa época. Recuerdo particularmente uno que sincerándose reconoció sentirse culpable por haber sobrevivido a la crisis y haber enterrado a la gran mayoría de conocidos. 
Quizá les pueda interesar esta nota del 2011 hecha a Edmun White, uno de los fundadores de GMHC: VIH en los 80: "La gente no quería besarnos en la mejilla". En ella se recoge la vivencia del entrevistado y se da una idea de como fue vivir en esa época.
La tecnología también era muy diferente, la discriminación tenía una voz viva y formaba parte de la política de Estado. No fue hasta 1987 que Ronald Reagan, expresidente de EUA, se atrevió, durante su mandato, a decir la palabra sida en público. Una enorme complejidad de factores influyeron en que miles de personas perdieran la vida y de no haber sido por el activismo gay y la organización social muchísimas más vidas pudieron perderse. 
"En las últimas dos décadas el síndrome de inmuno deficiencia (SIDA) ha llevado a más de 20 millones de personas a la muerte en todo el mundo. Para el año 2020, otros 68 millones enfrentan una muerte prematura en los 45 países más afectados" - FAO, La crisis del VIH/SIDA.
Actualmente existen una gama de medicamentos, antirretrovirales y tratamientos para vivir lo más normalmente posible mientras se porta este virus (aunque no todos tengan acceso a ellos), pero en los ochenta esto sólo era un sueño lejano. Médicos se negaban a tocar a personas con síntomas de sida, muchos se negaban a asistir a funerales de personas infectadas, la iglesia condenando al estilo de vida gay señalaba al virus como un castigo de Dios, pero lo más lamentable: estos mitos se siguen manteniendo. Estas actitudes aún son tomadas por muchos y la desinformación e ignorancia aísla a las personas infectadas. 

Acabando con el mito

De ahí entonces que se asocie a los gays con el sida. Tiene su fundamento, pero sin duda esta estigmatización, que ha sobrevivido hasta el día de hoy y hasta no deconstruir a la sociedad heteronormativa en la que vivimos no podremos erradicar del todo, debe detenerse. 
Se ha demostrado científicamente que en la actualidad cualquiera está expuesto al contagio del sida si no se toman las medidas de prevención necesarias. Los heterosexuales muestran altos índices de promiscuidad, y altos porcentajes de mujeres infectadas indican que el contagio no depende exclusivamente de una relación entre hombres. 
Acabemos con el mito: NO, el sida no es propio de los homosexuales (ni los bisexuales). Los homosexuales o bisexuales no morirán de sida (por ser homosexuales o bisexuales).
Existen algunas fuentes que aseguran que la población homosexual sigue siendo la más expuesta al contagio, sin embargo estas fuentes están desactualizadas, me puse en contacto con una organización para confirmar estas estadísticas y apenas tenga respuesta actualizaré la información, sin embargo los índices de contagio entre relaciones heterosexuales siguen ahí, presentes, alarmantes y creciendo.

¿Qué es el VIH/SIDA?

Entonces, ya que hemos hablado un poco de la película que motivó esta entrada y lo que hay detrás de ella y hemos dicho que el mito de que el sida es de los gay es sólo un mito, creo que es momento de hacer algunas aclaratorias y aportar a la información de la causa. Empecemos aclarando qué es el VIH/Sida.
La página de infosida los describe como:

VIH

El VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un microorganismo que ataca al Sistema Inmune de las personas, debilitándolo y haciéndoles vulnerables ante una serie de infecciones, algunas de las cuáles pueden poner en peligro la vida.

Sida

El Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida o  sida es el estado de la infección por el VIH caracterizado por bajos niveles de defensas y la aparición de infecciones oportunistas.

¿Cuáles son las formas de contagio?

El contagio de VIH no es exclusivo de las relaciones sexuales SIN PROTECCIÓN, sin embargo este es el método más recurrente en los contagios. También es posible el contagio con la exposición directa de sangre infectada con heridas abiertas u otros tejidos sensibles, el intercambio de agujas con personas infectadas (recurrente en personas con problemas de adicción a ciertas drogas) también es una forma, así que asegúrate de ir a lugares salubres cuando haya agujas de por medio (sí, cuidado donde te haces un piercing). También existe el contagio vertical, es decir: el contagio durante el parto, de madre contagiada a hijo sano. Lo mejor es investigar por tu cuenta, así podrás conocer los métodos para evitarlos.

¿Cómo evitar el contagio?

La página de planned parenthood contiene un apartado exclusivo tratando este tema, también aclarando los métodos de contagio. Les dejo el vínculo. Para acceder hagan click aquí.

¿Qué hacer en caso de dudas sobre si te has contagiado?

Esta respuesta es sencilla: acude a un médico y hazte las pruebas necesarias. Los test sanguíneos son bastante rápidos y ayudarán a descartar cualquier posibilidad, y en caso de que te hayas contagiado podrás recibir el tratamiento necesario para vivir una vida lo más normal posible. 

Tengo sida ¿y ahora qué?


Para suerte del mundo ya no son los ochentas, hay muchos grupos de apoyo y tratamientos. Lo importante es no dejarse abatir por ello. Fíjate en Kramer y los miles de activistas que han estado desde 1981 luchando por dar a conocer sobre el sida y rompiendo mitos. Si ellos pueden, tú también. 

Para concluir

Esta entrada ha estado larga, incluso a mí me ha costado llegar al final de su redacción, hasta me he envuelto en un proceso de investigación express para poder realizarla, pero quiero creer que servirá a un propósito mayor. Cuando vi la película The Normal Heart quedé impactado, conmovido e inspirado, creo que el impulso que me motivó a escribir este montón de palabras es pasar esa motivación al lector para que investigue sobre la crisis de los 80, de lo cual hay información en internet, para conocer sobre el sida y romper con ciertos mitos. Espero que se hayan incentivado a conocer sobre el virus y principalmente: espero que ayuden a difundir información sobre el tema. Es necesario para prevenir la propagación del virus y además para entender la historia del mismo, mientras que nos humanizamos en el proceso con los afectados y con la comunidad lgbt que se encuentra aún bajo el estigma que la marcó hace 35 años. 
Espero les haya gustado y no olviden dejarme sus comentarios abajo sobre el tema, estoy interesado en saber qué opinan. Saludos.

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