LE VIOLARON:
La violación como recurso de embellecimiento del relato.
Rape Of The Daughters Of Leucippus de Peter Paul Rubens |
Tengo esta idea que me anda rondando la
cabeza desde hace unas semanas y de la que quería hablar pero no sabía cómo,
porque carezco de fuentes suficientes sobre el tema, aún cuando llevo unos días
leyendo e investigando sobre él; ni dónde, porque mi canal está muerto y este blog
no tiene mucha visivilización que digamos, pero como ahora tengo el reto de
escribir al menos 20 minutos diarios sobre lo que sea, me he animado a por fin
abordar el tema desde mi ignorancia e indignación, esperando que al menos se
pueda abrir un debate que nos enriquezca.
El
asunto está, como se deduce del título, en el uso de la violación en la
literatura como recurso de embellecimiento
del relato, que es necesario destacar: no hay prácticamente nada de información
en español, salvo un artículo, bastante decente, al menos, sobre el uso del
recurso de la violación femenina durante distintas época del desarrollo de la
narrativa, por lo que mis fuentes se basan en los resultados que me arrojó
google con la búsqueda de “literary rape”.
Este
tema nace en mi cabeza debido a que, entre la literatura que he estado leyendo
últimamente, me han saltado situaciones de abuso de poder y sexual con los
personajes, aún más curiosamente, personajes masculinos, lo cual me genera un
gran rechazo a los libros que abordan estos tópicos por una simple razón: se
está usando el acto de la violación como un desarrollador más del plot de la novela, no como crítica ni
como reflejo social de la cultura de la violación que está presente en todas
las sociedades del mundo, sino como mero sazonador del relato, en que los
autores creyeron que la violación era, en su cabeza, un buen generador de
impacto, un aderezo controversial a la trama, algo impactante que manifestaría en el lector ese factor de sorpresa y
desencadenante de emociones, de forma totalmente irresponsable y, con todo
respeto, ridícula.
Censura, reserva y libertad de creación:
Portada de Pie de Bruja de Carolina Andujar. Libro donde se usa la violación como recurso sazonador de la historia. |
Sé
que es posible que mientras me leen, piensen que estoy en contra del retrato de
la violación como suceso dentro de la narración. Y no, ese no es el caso. No es
mi idea que se censuren los libros, que se dejen de leer los ya publicados que
abordan estos sucesos ni que dejen de escribirse. Al contrario, es positivo que
todos aquellos que lean estas narraciones lo hagan con ojo crítico. Mi problema
radica en el uso que se le da al recurso.
A
ver, no es lo mismo un libro que narra la realidad de una trabajadora sexual,
la cual haya sido violada y, partiendo de ahí, se desarrolle una crítica social
que genere un impacto al lector, a un libro donde una chica tiene un novio, va
un día caminando por la calle y es violada por un delincuente, y luego eso
queda relegado al olvido en la trama para seguir desarrollando el romance de la
pareja principal. El primero es retrato. Es realidad. Que no busque romantizarse
la situación de la violación es fundamental. El segundo, es un absurdo que se
hace para potenciar la historia con
un elemento dramático y que no tiene ningún aporte salvo las lágrimas de un
personaje que quedó traumado para siempre y no sirvió a ningún propósito. Peor
cuando sucede a personajes secundarios a los que ni si quiera les veremos el
desarrollo de personalidad post trauma.
A
lo que quiero llegar: no quiero que se erradique el tema de la violación en la
literatura de ficción, mucho menos en la de no ficción, sino que cuando ésta
suceda, sea relevante. Sea necesaria. Se desarrollen sus consecuencias y se
tenga responsabilidad social. ¿Es mucho pedir?
Violación masculina
Hay una realidad oculta en la sociedad: los hombres
también sufren violaciones. Usualmente a mano (o penes) de otros hombres, y en
algunos casos, mucho menores pero no menos reales, de mujeres. Estas
violaciones pueden ocurrir de distintas formas, no necesariamente con la
penetración anal y oral, sino con la coerción de la víctima a realizar el acto.
¿La relación con la violación femenina? difícil de determinar. Al igual que
las mujeres, los hombres no denuncian por temor a represalias sociales, claro
que muy diferentes, sin embargo, es natural que por las condiciones opresivas
que propicia el sistema patriarcal las mujeres sean las principales víctimas de
violación, por ende, se refleja más esta situación en la literatura, y lo que
es peor, cuando una mujer es violada, termina romantizándose la violación, más
si ocurre dentro de una relación sentimental donde el hombre claramente tiene
posición de poder, pero, eso no hace menos alarmante el uso sin sentido del recurso de la
violación masculina en la literatura.
El asunto está en que: si es terrible que se use el
recurso como sazonador de la historia cuando el abuso es contra la mujer,
también lo es cuando es contra un hombre.
¿Por qué no usar el recurso de la violación como impulsor de la trama?
En la mitología griega es bastante usual la violación y la venganza. |
Ya no vivimos en la época de las comedias (como género). No es la edad media. Ha tomado siglos entender a la violación como un acto delictivo en un mundo civilizado para seguir utilizando el recurso de la misma forma, y digo civilizado (ugh, odio el uso de esa palabra por el transfondo colonial que conlleva, pero creo que ilustra mi punto, déjenme saber si es un error en los comentarios) porque aún existen países (occidentales, dejen de ver a oriente como si fueran los únicos con problemas) que permiten la violación, por ejemplo, cuando ocurre intramatrimonio, o sistemas enteros que perdonan, excusan y facilitan las violaciones en cualquier aspecto.
Mi conclusión:
Autores, basta. Si la violación no es necesaria, hay
miles de formas de retratar las relaciones tóxicas, de poder, la villanía o el amor (te estoy viendo, autora de 50
sombras de grey). Aprendan a usar sus recursos dentro de la historia para que
tengan un real sentido y aporte a la estructura narrativa.
Lectores: seamos críticos. Obliguemos a los autores a ser
conscientes. Dejemos de romantizar estos aspectos negativos de la sociedad.
Dejemos de creer que son válidos en una época contempoánea. Analicemos el
trasfondo de las novelas clásicas, historias y, muy importante, dejemos de
perpetuar la cultura de la violación.