Reseña de "Eso" de Stephen King

No podía ser de otra forma, tenía que inaugurar este blog con una reseña de un libro del gran maestro Stephen King. Claro que Eso no necesita presentación, y en internet abundan las opiniones sobre este libro, pero es que leerlo ha sido una aventura tan maravillosa que no podría dejar pasar esta oportunidad para hablar de este tochaco de sopotocientas mil páginas, y sí, es un número válido cuando lees este librote, sin embargo trataré de limitarme mayormente a mis impresiones, porque en serio ¿quién no conoce al payaso Pennywise que atemorizó a todos los jóvenes desde la época de los 90 cuando salió la primera adaptación de esta novela?

Como probablemente ya sepan, Eso se ambienta en el pueblo de Derry, Maine, Estados Unidos. En donde, por alguna razón, en ciclos de 25 a 27 años se desatan eventos misteriosos donde desaparecen niños, muere un gran número de personas y aun así “no pasa nada”. La policía no consigue culpables, los periódicos no reportan los sucesos como es debido. La gente sabe que ocurre algo, pero no saben por qué, ni quién es el responsable de todo. Es como si Derry fuera el epicentro del mal; y en efecto: Eso es.

La narración se desarrolla en dos periodos de tiempo distintos, 1958, cuando aún nuestros siete protagonistas que se hacen llamar “los perdedores”, sin contar a Eso, eran no más que unos preadolescentes y empiezan a comprender a la entidad maligna que está asesinando a los niños del pueblo luego de tener primeros encuentros con ella, y así se preparan para ir a derrotarla bajo la dirección de Bill, el líder, quien es impulsado por el deseo de vengar la muerte de su hermano, que asume, es culpa del payaso que por tantos años ha atemorizado a los habitantes.

Flotan –gruñó eso-, flotan, Georgie. Y cuando estés aquí abajo conmigo, tú también flotarás. 

El otro periodo, la actualidad, se desarrolla veintisiete años después, cuando por una promesa impulsada por esa primera incursión para acabar con Eso ocasiona el retorno de los perdedores a su pueblo natal, esta vez para acabar de una vez y por todas con el payaso Pennywise (Centavito en español, por si andaban con el pendiente).

He de decir que he quedado fascinado de nuevo con el estilo narrativo de King. Con una narración tan aventada y diferente a sus obras más recientes y en general a las que he leído termina generando un ambiente sobrio y siniestro que se mete debajo de nuestra piel. La forma en que forma elipsis que nos arrastran del presente al pasado es sublime. Los recursos que utilizó para posicionarse en distintos lugares y épocas es precisa y maravillosa y sus largas descripciones estaban tan bien estructuradas que era imposible no querer seguir leyendo todos los eventos que se iban suscitando. No sé si atribuirle esa magia a las drogas pero sin duda King andaba en otro lugar mientras escribía esta obra de arte.

En cuanto a los personajes: ¡Guao!

Increíblemente profundos y bien detallados. Estructurados hasta en el más mínimo sentido y siempre lógicos y dentro de lo macrocósmicamente posible: creíbles. Y con eso me refiero a Pennywise, que quien haya visto el filme del 90 sabe que es cualquier cosa menos humano.

Y AL FIN CONOCÍ A LA TORTUGA. Que termina siendo una especie de antagonista al tétrico metamorfo que habita en la oscuridad de Derry, una oscuridad tan física como metafórica, y que cobra un significado importantísimo para el universo entero de los libros de King.

De verdad el nivel de estructuración y la representación de cada uno de los personajes con los males que nutren a Eso es algo que si no te impresiona, simplemente hay algo malo contigo, y eso: ES UN HECHO.

En cuanto a la trama, la forma en como King la desarrolla para retratar la decadencia social, lo males que acomplejan a la ciudad norteamericana como el acoso escolar, la misoginia, la discriminación racial o por atracción sexual y en general la violencia en sí, es un trabajo magistral. El ilustrar como esta descomposición en la creación de Eso pero a su vez su nutriente ha sido tan clave como la misma esencia del personaje, mientras que a su vez realiza una oda a la infancia y al poder de la amistad, la pasión, el amor y al deseo.

Hay tantos aciertos en esta novela es una ardua misión poder enumerarlos todos, pero el mejor favor que se pueden hacer es sumergirse en las páginas de Eso. Casi imperioso para cualquier amante de la literatura y más aún, amantes del terror.

Pero… hay un pero. A pesar de que le encuentro sentido hay cierta escena sexual al final de la historia que me pareció totalmente prescindible. He quedado fascinado con las escenas que con el paso de las páginas se volvían más gore y habían más decapitaciones, pero esa escena, no sé. Me pareció hasta fuera de lugar aunque intensamente simbólica. Quizá yo hubiese tomado otro camino, pero eso ya es cosa de gusto.

En definitiva, una obra que tiene bien merecido su título de MASTERPIECE.

Calificación: 5/5